dilluns, 19 de setembre del 2011

Fórmulas para retribuir al accionista (per Eliseu Santandreu publicat al diari Avui el 10 de setembre)

La retribución al accionista o pago de dividendo periódico puede realizarse de diversas formas destacando como más habituales:

 A) Devolver prima de emisión; sale dinero efectivo pero no afecta a su cuenta de pérdidas y ganancias, sino a aquellos fondos propios que no pueden utilizarse para comprar, ni invertir, ni pagar deuda.
 B) El tradicional pago en efectivo que se realiza durante el año en uno o varios períodos
 C) Reparto de acciones propias procedentes de la autocartera, lo cual no supone una ampliación de capital ya que los títulos que se reparten los había adquirido previamente la empresa emisora
 D) Amortizar acciones de la autocartera con la consiguiente reducción de capital social, operación contraria a la ampliación de capital, por la cual a cada acción en circulación le corresponderá un porcentaje mayor de activos y
 E) El Scrip dividend, conocido también como “cobro de dividendos en acciones” Esta alternativa consiste en que la cotizada ofrece elegir a sus accionistas entre recibir nuevas acciones o su equivalente en efectivo. La novedad radica en el compromiso de la compañía a comprar los derechos de suscripción a los titulares de los títulos a un precio determinado.


Esta última alternativa ha adquirido gran actualidad en los últimos años. La explicación principal consiste en limitar la salida de tesorería con el fin de mejorar los ratios de capital sobre todo en el caso de las entidades financieras, que les obliga las normas exigidas por Basilea III y por el Banco de España. Solo a modo de ejemplo, la política de pagar los dividendos con acciones está suponiendo un importante colchón para los ratios de capital de la banca española. En los últimos tiempos, entre Santander, BBVA y Popular han evitado el desembolso de 3.500 millones de euros al pagar al accionista con títulos, ya sean de nueva creación o procedentes de autocartera.

En los últimos años varias empresas y bancos se han apuntado a esta modalidad. El matiz diferencial con las otras variantes más tradicionales consiste en que la sociedad cotizada ofrece dos opciones al accionista: a) vender el derecho al precio de mercado o b) hacerlo a la empresa emisora a un precio prefijado, lo que garantiza un determinado ingreso sin que afecte a la cotización del título en cuestión.

A su vez, permite al inversor optar por tres alternativas: a) aceptar los títulos, b) vender los derechos en el mercado o c) venderlos a la compañía al precio ofertado. Solo en este último caso la sociedad tiene que pagar y le supone una salida de caja.

Aunque el porcentaje de aceptación de esta modalidad ha resultado, hasta la fecha, exitoso, no supone sinónimo de entusiasmo de los accionistas, ya que resulta complicado conocer el valor real de los derechos a priori para comprobar si les compensa y cuánto dinero les puede representar.

Sobre el papel, las ampliaciones liberadas son neutras para los accionistas: se crean más acciones, pero la parte de propiedad no cambia, sigue siendo proporcional a la situación anterior a la ampliación por lo que el inversor es titular de la misma parte de la empresa, repartida en más títulos. Si se opta por cobrar los derechos, se recibe efectivo, pero la participación se diluye. Con esta teoría, cambiar dividendos por ampliaciones equivale a cancelar el dividendo.

En cuanto al efecto fiscal, si el inversor no quiere pagar impuestos le basta con no vender los derechos y conservar las acciones, lo que permite diferir el pago en el tiempo.


23 empresas del Ibex dedicarán más del 50% de su beneficio a dividendos


Mantener el compromiso de premiar al accionista no es tarea sencilla cuando para las propias empresas es actualmente complicado tener una clara visibilidad de sus resultados futuros. En los últimos meses se ha visto un fuerte deterioro en las previsiones de beneficio de los analistas para este año lo cual supone un serio problema para las compañías: ganarán menos dinero del previsto, al tiempo que seguirán ligadas a la hora de retribuir al accionista. Así, ya son 23 empresas del Ibex -que corresponden a un 68% del índice- las que este año tendrán que dedicar más de la mitad de lo que ganen a pagar dividendos.


No obstante, no hay que olvidar que muchas compañías echan mano de sus reservas para poder remunerar al accionista. Así se entiende, que algunas empresas, como Ferrovial o Acciona, retribuyan al accionista más de lo que esperan ganar este año, es decir, su pay out supera el 100%